martes, 5 de febrero de 2008

AUTORRETRATO POLÍTICO

Compatriotas:

Algunos que odian mi forma de ser, no saben que simplemente soy un hombre de patria. Otros que denigran de mi familia, no creen que soy hijo de los criollos puros que le regalaron su sangre a la nación y a la bandera, pues no sólo llevo los apellidos Reyes y Uribe, sino que hace poco me enteré que López Pumarejo y Laureano Gómez son tíos lejanos de mi padre.

Algunos que me acusan de ser un pichón de politiquero, no aceptan que vivo convencido que la democracia es la mayor gloria de la humanidad y sobretodo el reflejo fiel de las naciones desarrolladas. Otros que han llegado a difamar que nunca pasé del prólogo del Capital en mis épocas de comunista, no vieron como defendí la “revolución o muerte” con la cabeza en alto y con una hoz en la mano, cuando ya era Comandante en quinto de primaria.

Algunos que dicen que soy yo quien llega al tema político sin importar por donde empezó la conversación, no se dan cuenta que la razón de que la política me persiga donde sea y con quien sea, es mi humilde intención de resolver las inquietudes de la gente. Otros que detestan que les descubra su tendencia política a partir de la forma de vestir, del canal preferido, de las bebidas que ingieren y de su cantante favorito, no entienden que lo logro es partiendo de un certero estudio de sus gustos literarios, filosóficos y jurídicos.

Algunos que me han tildado de vanidoso por el simple hecho de blanquearme los dientes con recurrencia, no perciben que se equivocan, pues no es mi culpa que el pueblo prefiera los candidatos sonrientes en los afiches. Otros que se desconciertan con mi oposición a que me tomen fotografías, no comprenden que esas fotos son susceptibles de salir en las enciclopedias del futuro, y por tanto no pueden ser objeto de observación de cualquier Facebook u otro espacio virtual que se le parezca.

Algunos que les desagrada que ande indagando por la filiación y los cargos que tienen, o han tenido, los familiares de todos los que conozco, no saben que sólo quiero hacer buenos amigos para colaborarnos de manera mutua en el futuro. Otros que me culpan de no conocer la realidad política más allá de lo que comenta la editorial de El Tiempo y la W, no reconocen que la familia Santos y Julito también son grandes hombres de la patria.

Algunos que se ríen al verme caminar cada día con un libro distinto bajo el brazo, no advierten que los hombres de ideas somos eficientes en la lectura y no perdemos tiempo con la argumentación secundaria de los autores. Otros que señalan que yo no saludo amigos sino votos, no pueden ocultar su oposición en mi contra al ver como conformo anticipadamente mi movimiento de juventudes.

Algunos que mancillan mi nombre al confesar que ando repartiendo los puestos de mi gobierno en el salón, no son nada distinto que terroristas que violentan el Estado Social de Derecho articulando una persecución contra mí. Otros que me acusan de carecer de ideología por comenzar el día en el Polo y terminarlo enamorado de Franco, no intuyen que para mí los partidos no existen, porque el mío es la Política, esa misma que sólo es para los vivos y no para los ignorantes y débiles de fe.
BOGOTÁ DC. NOVIEMBRE. 2007
(REVISTA POLITIZARTE. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Jurídicas. I Semestre 2008. Bogotá DC.)